A MI IDOLATRADO JESÚS C.
Infinitamente triste tu partida,
lacerante, dolorosa tu ausencia
quienes quisimos tu preciosa vida,
no podemos curar nuestras dolencias.
Nos dejastes en dolor y en desconsuelos,
dolor eterno de no verte más
al iris de tus ojos tomo el cielo
y te fuiste …te fuiste y te fuiste no más
Evocamos tu amor adamantino
de tú alma la ternura y la nobleza
para el ocaso de esta gran tristeza
Se viste de crepúsculo encendido,
que es la luz de tu antorcha que ha vivido
que viva alumbrando en el camino.
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