A DESPECHO DE LA MUERTE
A mi hermano Carlos Euler
I
Buscando ala vida te fuiste muy lejos,
Querías hallarla subida en la altura,
Que tu alma se mire en espejos
Y que todos beban de su linfa pura.
Te fuiste muy lejos buscando la altura,
Querías que tu alma se mire a los lejos,
Entre los espejos de tu linfa pura,
Entre los cristales de esos tus espejos.
Un dardo filudo llegó desde lejos,
Te escogió escondido, te cogió en la altura
Te mató por entre tus lindos espejos.
Caíste a la huesa y en la sepultura,
Más limpios y bellos quedan tus espejos.
Más límpida tu alma, tu linfa y tu altura.
II
Te fuiste bien lejos abriendo las alas,
Hacia los arcanos enrumbaste el vuelo,
Empero quedaron eternas tus galas,
Tu vida que ha sido un retazo de cielo
La luz de lucero que brilla en desvelo,
Que alumbra la ruta que abriste en el suelo,
Disipa las sombras y en las fuentes claras,
Aplaca tus sedes de justicia raras.
No has muerto mi Carlos, tan solo te has ido
Cuajado de ensueños se que te has dormido,
Dejando en vigilia tu luz de lucero.
No has muerto mi Carlos y el sepulturero,
Guardo tus despojos pero no ha podido,
Sepultar tu vida que no admite olvido.
III
No has muerto mi Carlos, siempre estás conmigo,
Siempre tus latidos están en los míos,
O vienes a verme o voy a estar contigo
Y gozamos juntos nuestros desvaríos.
Mientras hayan sordos al dolor humano,
Mientras el pasado no pase del todo,
En tanto el presente tenga charcos y lodo,
Mientras no matemos al feral humano.
Mientras los sub-hombres yergan su insolencia
Y besen al hombre en su limpia faz
Y hiendan los aires los gritos de paz
Mientras la violencia sea la violencia,
Vives en el mundo y vives conmigo
O vienes a verme o voy a estar contigo.
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